MALDITA ERA REPUBLICANA

malditaerarepublicana

by le davilé

Todos conocemos al engendro de George Bush. No es una sorpresa para nadie –a estas alturas ya de la violenta guerra genocida que aplasta a Irak y al medioriente- que quienes están detrás de todo esto son los maquiavélicos cerebros gringos, encarnados en este personaje enclenque y con cara de macaco.

Llevemos este tema al tapete, pero desde un punto de vista distinto. ¿Qué fue lo que desencadenó toda esta guerra y este ambiente político semi-apocalíptico? Seamos francos. Si nos propusiéramos encontrar esa respuesta así como así, escribiríamos tomos y tomos de libros, remontandonos siglos y siglos atrás, hablando de las guerras santas y de cómo el cristianismo ha pisoteado tanto al Islam, polarizando aún más ambas religiones. No. Lo que quiero enunciar es un tanto más simple. Y es un cambio que hubo en los mismos Estados Unidos de América, antes del merecido derrumbe de las Torres Gemelas.-

En EEUU hay dos grandes potencias políticas: los Demócratas y los Republicanos. Los dos son un par de partidos neoliberales de mierda. La diferencia radica en que los Republicanos, además, son ultra-conservadores. Si vas a ser gringo, por último no seas republicano. Es a esa escoria política –racista, clasista y machista- la que pertenece George Bush. Pero antes de él, antes de la actual era Republicana, quien estaba al mando de la mayor potencia mundial era Bill Clinton, un demócrata que de santo no tenía nada, pues apoyó varias guerras y bla blás. Mi teoría radica en que los demócratas no hubieran sido tan violentos como los republicanos, chovinistas exageradísimos. No me pregunte por qué pienso eso, son rayados estadounidenses igual, pero pasa que he leído y visto que tipo de gente son los republicanos y es horrible.

A lo que voy ahora. Pasa que los demócratas bajaban su popularidad hacia tiempo ya en la era de Clinton. Pero fue un suceso la que sepultó la candidatura del demócrata Al Gore, contendor de Bush: ese suceso tiene nombre y apellido: Monica Lewinsky. Si ella no le hubiera chupado las partes íntimas a Clinton, probado kamasutras en la oficina del entonces presidente gringo, a espaldas de la cornuda Hillary Clinton, Bush podría no haber salido. Quizás el diablo no está como tal en Bush. Quizás siempre estuvo en Lewinsky. Ella inició el fin del mundo. Así de simple. Esa es mi premisa.