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abril 20, 2007

MIEDO Y PODER


[me huevearon por lo largo de mis textos. así que este va resumido. más de lo que me podría agradar.]

Resulta que la iglesia (y la religión en si) pone sus cimientos en la consecuencia de un proyecto milenario, en el cual se potencia el miedo, la ignorancia y la inocencia de la gente.
Resulta que el gobierno (congreso, partidos, etc...) obran por sobre el miedo, la ignorancia y la inocencia de la gente.
Es fácil decir cifras a oídos sordos. Es fácil hablar de delincuencias altas, de necesidades y presagios cuando el receptor sólo asiente.


Por consiguiente, y considerando los puntos anteriores, el 'poder' se basa en la información, el conocimiento y la osadía. Y como punto serio a favor: ninguno de estos tres puntos se considera como una herejía o algo ilegal. En otras palabras, basta ser inteligente, astuto, o sagaz para ser considerado un peligro público (por el gobierno) o un ateo desfundamentado (por la iglesia, evidentemente.

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abril 19, 2007

DO IT AGAIN


El tiempo esta pasando groseramente rápido.
The Chemical Brothers sacan un nuevo disco.


Recuerdo como si hubiese sido hace un par de meses cuando tuve el desagrado de escuchar -Galvanize- el primer single de -Push The Button- un disco que sobra en la carrera musical de los hermanos químicos, y que hizo que dejara de lado su trabajo. Si, me defraudaron. Tenía temas como -Marvo Ging- o el glorioso segundo explosivo de -Believe-, o la belleza de -Surface to Air-, pero nada Maravilloso como el disco -Dig your own hole- o -Exit Planet Dust-


El punto ahora es otro: aparece en Junio el nuevo disco (supuestamente se llamara -We Are The Night-, nombre un tanto más decente que el del disco anterior), y ya está en las radios (europeas, obvio) su primer single: -Do it Again-


Lo escuché y no me fue tan desagradable como -Galvanize-.
Haga su opinión.

Y como rezan Tom y Ed: In Dust We Trust

Chemical Brothers - Do it Again (click y escuchas)



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abril 14, 2007

PURE, ESCALERAS Y VUELO

III.

Cuando íbamos en la escalera mecánica recordaba lo que había ocurrido momentos antes, y me había dado cuenta de que esto no era real. Cómo era posible, el último trabajo del año que tuve que hacer para mi carrera era ¿¡hacer un puré!? y ¿¡con nota!?.

Mis compañeras Damariz y Carlala estaban en el escenario, como si el trabajo final fuera un show de concursos. Yo volví luego de darme una vuelta por los trabajos otros 'participantes' (eran platos de comida).

-David, ya nos revisaron a nosotros.
-¿Y qué tal?
-Bien. La profe dijo que lo único que no le gustó fue la ortografía de la lámina que hiciste tú.
-¿¿Qué?? ¿Mi ortografía?

Volteé para ver la lámina, que explicaba el trabajo (¡el puré!) y la cosa realmente era horrible. Decidí no hablar mucho de aquello. Vámonos a la cabaña, les dije, y ellas asintieron. Salimos del salón y empezamos a bajar por una escalera mecánica. Íbamos los tres sentados en los peldaños móviles, riendo. Nos bajamos de la escalera, llegando a un descanso mecánico y nos íbamos a subir a otra cuando notamos que estaba mala. Unos tipos sin rostro y de overoles azul marino las pateaban, sacándoles a los peldaños unos cajones metálicos llenos de un líquido que supuse era agua. Damariz estaba a mi lado, mirando asustada. Carlala tenía el ceño fruncido.

-¿Y como salimos de esta? -dijo.
-Habrá que esperar... -respondí, empezando a sospechar algo raro.
-¡Tengo mucha hambre para esperar a estos tipos! -alegó Carlala
-Hey -interrumpí- Aquí hay otra escalera mecánica...

Damariz y Carlala bajaron inmediatamente. Yo me quedé atrás pensando.

Esto no es real. Esto es un sueño. Bueno, si es así, lo comprobaré fehacientemente... Probemos con esos hombres de overol ¿de verdad que no tienen cara?

Me acerqué osadamente a uno de ellos, esquivando los peldaños sueltos y mojados. Le agarré a uno del pescuezo y lo miré. Efectivamente, no tenía rostro.

Entonces, claro. Es un sueño. Ahora que alguien me explique ¿por qué siento que no es un sueño?

En un abrir y cerrar de ojos aparecí en la cabaña a la que me dirigía con mis compañeras. Resultó estar en Lovelvan, lo cual corroboró en cierto aspecto mi teoría. El cielo estaba morado, y en el pequeño comedor había gente de todos mis mundos, tomando once. Abrí la puerta con una llave dorada, la empujo y al verlos comiendo, grito 'provecho!' Recibo un estruendoso 'gracias!' mientras intentaba ver bien cómo cabían tantos en cuatro metros cuadrados (las dimensiones del living de la cabaña) Damariz nos dice a mi y a Carlala que nos prepararía un puré. Yo asentí con la cabeza. Mi padre sale de la mesa hacinada de gente y me saluda con un abrazo.

-¿Cómo te fue, hijo?
- Bien...
-Excelente, cachorro...
-Oye, papá. ¿Te diste cuenta de que esto es un sueño?
-¿Un qué?
-Papá: esto no es real. Tú no existes como tal. Yo te inventé para una historia mía.
-Uuy perdón. Ahora mi hijo creó todo este mundo. Ahora mi hijo es un Dios Todopodero…
-No seas sarcástico. Hablo en serio.
-Yo también hablo en serio. Yo sé que yo soy. Tengo cuarenta y ocho años de anécdotas que lo certifican. Si crees que es un sueño, demostrádmelo.
-¿Por que dices 'demostrádmelo', en vez de ‘demuéstramelo’? Yo siempre digo ese tipo de palabras y no tú. Eso es porque tú saliste de mi mente.
-Yo si uso esas palabras, y varias más que tú también usas. Poco me conoces, hijo.
- ...en eso quizás tienes razón. Sea sueño o no.

Me quedo pegado mirando a mi abuela, madre de mi padre, que toma lentamente su té al lado de mi primo Nacho (que fue el único que me acompañó en la masacre de Lovelvan)...

Espera un poco, espera un poco. ¿Cómo es eso? ¿Recuerdo un sueño anterior? ¿Por qué poseo una lucidez tal que me permite decir que esto no es un sueño? Es como si yo estuviese concientemente aquí. Si es así, ¿que me permite decir que realmente es un sueño? Auch, aún me duele un poco la nuca y mis dientes delanteros son falsos. Además, no hay ningún cuartobé aquí... ¿Acaso es una realidad paralela? Porque si lo de la pelea de Lovelvan fue, y lo recuerdo, entonces esto puede perfectamente ser realidad. Entonces, lo otro sería sueño, y por lo tanto falso. Lo de que fui a una disco que parece que se llamaba Bronco y blablá…

Sin querer perder tiempo, llamo a Nacho, quien sale del grupo que comía en la mesa.

-¿Cómo estas primo? ¿Adolorido?
-¿Cuando peleamos, Nacho?
-Anteayer, pue.
-¿¿Qué??
-¿Por qué? ¿Algo raro? ¿Viste a Candia, acaso?
-No, nada de eso, primo. Tuve una duda, nada más.

Damariz llega con tres platos de puré y nos sentamos en la mesa de centro del living.

-Oye, ¿y Droggo?
-¿Qué Droggo?
-Olvídalo.

Levanté la primera cucharada de puré y me quedé mirándolo. '¿Aquí me gusta el puré?', me pregunté. Lo probé y lo sentí exquisito. '¡Qué chucha!' Me paré y salí a la playa, al lado de la cabaña, donde anteayer había sido la pelea. Me senté en una roca, y me di cuenta que vestía de negro. Luto, me dije. Miraba el sol meterse en el agua, cuando recordé algo que comprobaría todo. Y eso era volar. Sin reparos, volví corriendo a la cabaña, en búsqueda de mi padre. Entré por la cocina, y vi a un cura que nunca jamás había visto en mi vida, leyendo su biblia apoyada en el quemador de la cocina.

-¿¡Y usted que hace aquí, váyase?!
-Te estoy observando. A la iglesia no nos gusta que pienses todo lo que estás pensando y haciendo.
-¡Saque esa Biblia del fuego! ¡Está saliendo mucho humo!
-...El sumo sacerdote me envió a detenerte, hijo. Hay profecías que estás cumpliendo inusitadamente y leyes naturales que estás tirando por la borda. Por eso, la iglesia me mandó a detenerte.
-¿Detenerme de que?
-De violar las normas divinas, como lo estás haciendo. Mira, hay algo que debo conversar contigo: resulta que la ley principal de la vida es que tú eres tú, y solo tú. No hay otro tipo de...
-Señor, lárguese de acá, mire como dejó la cabaña, toda ahumada.

El Cura misterioso guardó silencio, con los ojos fijos en mi.

-…Me voy, pero mi labor no acaba. Y no seré así de pacífico.

El cura salio, arrastrando la tela blanca de su traje y yo le cerré la puerta de un portazo. Entré al living comedor, donde todos aún comían.

-¡Papá! ¡Tengo algo que mostrarte! ¡Vamos afuera! ¡Todos pongan atención!

El viento soplaba fuerte sobre nuestras cabezas. Sobre una roca, Estaba yo, mi padre, mi abuela en silla de ruedas, Damariz y Carlala. En el ventanal del living comedor, podía ver las caras de todos los que estaban en la mesa, mirándome. Cables negros gruesos de alta tensión estaban a escasos metros de mi cabeza. Yo los ignoré.

-Veamos si realmente puedes volar, hijo.

Flexioné mis piernas, esperando recibir energías para saltar y quedar flotando. Damariz se reía, diciéndole a Carlala que ganaría la apuesta que acababan de hacer. Mi abuela me daba ánimos silenciosamente y mi padre miraba de brazos cruzados. Cerré mis ojos y salté. Los abrí, y vi los cables negros a mi lado, cerca. Había saltado más alto de lo normal, pero no alcancé a volar como quería. Todos rieron al verme caer por el precipicio, rebotando en la arena y sacudiéndome la espalda.

Lo intenté una vez más y lo hice. Salté rozando los cables negros que sacaron chispas y amenazaron con electrocutarme. Floté y volé al son de los aplausos de todos. Desde arriba, y moviendo los brazos a lo más Neo de Matrix, vi a Damariz que le daba diez mil pesos a Carlala. Mi abuela me paraba el dedo pulgar, en son de aceptación, y dentro de la cabaña todos celebraban. Mi padre me gritaba que le enseñara, a lo que bajé y le di los pasos correspondientes. Mi padre saltó pero no lo logró, y todos rieron. Entonces lo intentó de nuevo, pero conmigo simultáneamente, y lo logró, pero menos tiempo que yo. Yo seguí flotando y súbitamente grito, sin querer hacerlo yo, es decir, involuntariamente:

-'I'm not the devil, i'm just a guy that can fly like a...'
-...birdo! -me interrumpió mi hermana, con una sonrisa esbozada en su cara, apoyada en la baranda del pequeño balcón que rodeaba el comedor. Andretti estaba tras ella, con una sonrisa que sólo significaba alegría.

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abril 09, 2007

LA MASACRE DE LOVELVAN

I.

Todo iba bien en Lovelvan hasta que, detrás del gran Tocullón de piedra, aparece por el agua un Fiorino blanco a toda velocidad. Detrás de él, tres radiopatrullas de pacos con ametralladoras lo persiguen. Como si el mar fuera una carretera gringa, como sacada del programa del novecientos once.
___

Nosotros, saltamos e intentamos ocultarnos en la roca que antes ocultaba nuestros tragos, sin quitar un ojo a la persecución. Sudo frío al notar que el grupito que carreteaba al lado de nosotros se pone violento. Ellos se pararon y se acercaron a nosotros, corriéndoles mano a alguna del grupo nuestro o gritándole chuchadas a Parga. Mi polola se pone tras mío, buscando seguridad en mi. En el instante, mi cuerpo se llenó de una adrenalina sedienta de violencia. Grité a mis amigos: "¡Vamos a sacarles la cresta! ¡Repleguémonos!"

Y corrí en contra de ellos, con mis puños apretados. Cuando le pegué a uno en la cara me volteé para ver cómo peleaban mis cuates. Ellos estaban sentados, sin hacer nada. "¡Hijos de la reputa!" me digo a mi mismo, al notar cómo me habían dejado solo en el momento más crucial.

Eso me llenó aún más de ira, por lo que voltee nuevamente para continuar con lo que sabía que sería mi masacre, donde todo apostaba en contra mía.

Anormalmente, aparece por la playa un guardia flaco que no podría defenderse ni a si mismo. Lo agarro del pescuezo y de un puñete en la cara lo derribo. Cuando está en el suelo, hago lo que quería conseguir: buscar un arma. Encuentro una luma, lo que me parece excelente. Corro donde estaban los del grupo de al lado. Ellos tenían arrinconado a mi primo Nacho, que se defendía con lo que podía. Yo con la luma les empecé a pegar en sus caras. Sus trozos de dientes chocaban en mi desfigurada cara llena de ira.

___

Nacho era el único que me acompañó en la pelea. Mis 'amigos' miraban la pelea, cubriéndose detrás de las mujeres, que gritaban desesperadas. Me paré al medio de la pelea y divisé entre la oscuridad al Fiorino que salía del agua y se adentraba en la playa, en dirección a mi y mi polola y mi grupo. Las radiopatrullas iban tras el, ametrallándole los parabrisas al Fiorino.

En ese momento, el tiempo se detuvo. Las caras desfiguradas de terror de las mujeres sin saber que hacer mirando al Fiorino que les llevaba la muerte hacia donde estaban. Las radiopatrullas, una en llamas y la otra con un paco ametrallando a quemarropa, haciendo drifting en la arena. Los noqueados que yacían en la arena, con sus caras ensangrentadas. Los dientes que se enterraban por los zamarreos en la arena. Mi primo Nacho que fijaba su vista con furia en uno de los conchasdesumadre que le había corrido mano a una del grupo.

___

“¿¡Qué chucha es todo esto!? ¿¡Como empezó esta pelea de mierda!? Siento mi cara moreteada… y mis dientes sueltos… ¿por qué estos hueones no pelean conmigo? ¿Por qué son tan maracos, escondiéndose detrás de las chiquillas? ¿Cómo chucha es posible que esos autos culeados anden por el agua así como si nada? ¿Y qué mierda hacía el guardia enclenque del Terminal de Buses Viejo metido en esta playa?”

Repentinamente, el tiempo volvió a su curso normal. El Fiorino blanco estaba a metros de mi polola. Corro en su rescate, pero en el camino siento un dolor enorme en la nuca. Me la toco, y veo mi mano llena de sangre. Me volteo para ver quién fue el hijo de puta. Le veo la cara, y quedo con la sensación de que ya lo había visto antes. Y luego, todo se tornó blanco.

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