Image Hosted by ImageShack.us

mayo 30, 2006

EL PAN QUE DESQUICIA

(Título Original: " La lucha por el pan de cada día"
Crónica de Pía Arellano, plim. ¡Buen inicio!)

El supermercado en sus horas peak es una cosa de locos, y pude corroborarlo con toda certeza el domingo pasado. Cosa inusual, tuve que ir a comprar pan un día domingo a las 7:00 PM (normalmente no existo los domingos). Y con cierto hastío, llegué a ese gran templo de la alimentación, aseo y consumo.

Lo primero que se observa es ese enorme, frío, sin brillo, y un tanto tétrico estacionamiento, con una cantidad de autos impresionante. Intente pasar por ahí lo más rápido posible para entrar al supermercado.

Las grandes murallas me encerraron, sus luces por todos lados me molestaron en un comienzo, personas hablando a elevados decibeles quizás de que cosa, pasillos alienados, enumerados y organizados por productos; mamas gritonas que luchan porque sus niños se queden tranquilos por 5 minutos, abuelos perdidos sin encontrar lo que buscan, estantes de promotores que nunca están en sus puestos, mazamorras de personas agolpadas frente a las cajas, donde hay una que siempre falla y que justamente es en la que uno está metido, locutores que hablan y hablan y que nadie escucha… definitivamente un supermercado como todos.

Caminé rápidamente hacia el lugar donde sabía que estaba lo que buscaba: El pan. Faltándome sólo pasos para llegar hasta el lugar mismo, noté esas grandes vitrinas de vidrio, que reflejaban trágicamente que estaban vacías, y que esas personas que rondaban el lugar ( que no eran mas que cinco), estaban todas esperando lo mismo y hablaban entre sí, que el pan saldría en unos diez minutos más, así que decidí dar una vueltas por el recinto.

Camine y camine, pasé por cada uno de los pasillos, observaba como cada una de las personas miraba las cosas que querían, y tomaban la que estaba frente a sus ojos, que curiosamente eran los más caros, siendo que si uno bajara la vista unos pocos centímetros podría encontrar el mismo producto a un precio inferior.

Pasados ya esos diez minutos, tome el pasillo que me llevaría hasta donde estaba lo que buscaba. Una puerta entreabierta llamó mi atención. Se lograban ver algunas siluetas. Miré con mas detención y los vi. Aquellos hombres de blanco, ese blanco que se confundía entre sus delantales y la harina salpicada por todo su rostro. Eran ellos, los creadores de tan magnifico pan, que todos día a día buscamos casi sin pensar, como una regla que no se puede quebrantar. Vi como sacaban las bandejas de pan, bandejas que deben haber estado bien calientes, ya que les vi las caras de afligidos a esos hombres de blanco.

Seguí caminado, ya que era hora de tomar esos panes e irme a mi hogar. Cuando llegué al lugar ya estaba mas repleto. Una masa de gente se instaló frente a aquellas vitrinas, y cuando digo "masa" no exagero, realmente era una masa de gente como si todo el mundo hubiera dejado todo lo que estaba haciendo y se hubiera apelotonado ahí. Esperando el pan. No me quedó más que ubicarme un tanto más atrás.

Ahí venía. El gran hombre de blanco. Algo así como el jefe de todos los hombres de blanco. Él con más fuerza, él con más carácter (porque vaya que se necesita carácter para poder manejar a toda esa masa de gente y poder dejar el pan en su respectiva vitrina). Comenzó a vaciar lentamente esa gran canasta, todas las miradas estaban allí, viendo como caía cada pan, hecho a partir de harina mezclada con agua y sal, que después de amasada y fermentada por la acción de la levadura se cuece al horno con diversas formas y tamaños, expandiendo ese aroma que a muchos vuelve loco.

Fue en ese preciso instante (cuando el gran hombre de blanco dio vuelta para retirarse), cuando esa gran masa, hasta el momento pacífica, comenzó a tomar forma y movimiento, una gran presión se ejercía entre ella misma, la gente definitivamente se guardó su compostura y control en su bolsillo y se abalanzó frente a esa débil vitrina. Era impresionante ver como se desfiguraban esos rostros, como les hervía la sangre por poder echar unos cuantos panes en sus bolsas a como de lugar. Hacían lo imposible, obviamente sin importarle el que dirán, ni la persona que esta a su lado. El fervor de esa masa se hacía notar. Sin ir mas lejos, una señora cincuentona, llegó hasta la vitrina empujando a cuanta persona se le cruzaba, hasta manotazos tiraba y después de logrado su objetivo, sin ninguna vergüenza y descaradamente, le volvió la humanidad a la cabeza y pedía permiso para salir.

Realmente me impactó, no podría creer que personas que caminaban inocentemente por los pasillos de aquel supermercado, podían transformarse que aquella manera, llegando hasta el punto de no importar nadie mas, solo tener ese pan, ese pan que tanto se espera en los hogares a la hora del té. Entonces, en una fracción de segundo comprendí, fue en ese preciso instante cuando logre unir todas las piezas del rompecabezas y entender esa frase que dice: “las personas se sacan la cresta por llevar el pan a su casa.”. Ese día lo pude corroborar, literalmente.

Etiquetas:

mayo 26, 2006

ELLOS NO ESTAN BIEN, QUE TRISTE

"i'm not okay" escuché en una canción...
de un grupito de pendejitos (ya, mayores que yo, pero hablo mentalmente) que no se si tienen gangrena fulminante, o sus papás quedaron cesantes a los 90 años, o sus mamas se mataron de un balazo, o quizas por la condición económica de sus hogares tuvieron que prostituirse desde sus infancias...
no sé, pero "i'm not okay" posee cierta lyric, que los chemical romance la cantan a punto de llorar, con una horca al cuello, a punto de tirarse.

si yo fuera 100% ingenuo, me diría " esta canción tiene algo de adentro, liberaron todos sus sentimientos por medio de la música".

pero pasa que no lo soy.

de seguro estos gringuitos-estupidos NO escribieron la canción en áfrica, sufirendo de hambre con la gente de allá; la deben haber escrito o en sus limusinas o en una de las tantas habitaciones que poseen para destruirlas en su semi-anarquía. la canción habla de no se qué cagá, totalmente emo (???), el grupo infecta el nombre "chemical"...
La compañía disquera no elegió al grupito de gringuitos entre miles de otros por su calidad en tocar, sino que vio que esta ondita de motivar a los jovencitos a ser deprimidos, a alegar por la banalidad que se les pase por frente. es esa ondita del gueón que está deprimido y ni sabe ni porqué, ese gueón que está bajoneado por que la canción lo dice, porque "comparte" la "depresion" del "pobre" cantante.
del "pobre" rockero millonario que tiene un desastre en la vida, que no tiene como surgir, como comer. que no puede caminar afuera de su casa, que no puede subirse a una micro (tiene que ser en un rolls royce)...

en consecuencia, "i'm not okay" vale callampa. comienza asi y dejo de manifiesto mi postura en contra de estos grupos (simple plan, chemical romance, good charlotte). quién tenga algo que oponerse, pues que lo haga. formemos un debate.

Etiquetas:

mayo 24, 2006

EL GALLO DE LAS 5 AM

mire las cosas de la vida.
eran casi las cinco de la mañana y me fumaba mi cigarro de la "victoria", al derrotar a aquella malvada maqueta. el aire no era frío, típico de una próxima lluvia. usted comprenderá que a esas horas uno tiene la cabeza ya atrofiada, con un estado de sonambulismo casi absoluto. entonces me saqué los audífonos y quise disfrutar del silencio. entonces un gallo lanzó su clásico kikiriki. dónde mierda estoy, la primera frase que se me vino a la cabeza. me imaginé fuera de talca, no sé, en vilches o otro lugar. eran casi las cinco de la mañana y el gallo gritaba. entonces me mandé una de esas voladas. que perfecto es el mundo así como así. me di cuenta que en tiempos cuando no había tiempo se podía confiar en aquel gallo para ser despertado en la mañana y producir como humano. la razón de ser del gallo era esa: despertar al hombre. además de, claro, copular a la gallina también... y a su vez la razón posiblemente de la gallina es dar huevos que se comen al desayuno. son entonces estos animales los "matutinos", los que sirven al hombre inherentemente en el inicio del dia.
que lindo es todo como funciona de y para si, sin sobrar nada.
por dios las gueas que se me ocurren trasnochado xD

Etiquetas:

mayo 17, 2006

¿MOCO EN EL OJO?

mi vida se basa en el correr en estos tiempos. es una cosa inevitable. minutos perdidos repercuten notablemente en la maqueta que siempre hay que entregar el miercoles.
ok. pero que pasa cuando voy en la micro para mi casa. es media hora arriba de la chatarra. pasa que ese es el único momento que tengo para mi, y que al fin puedo conversar conmigo y, no sé, preguntarme gueás. y digo gueás porque realmente son gueás. más encima, con los audífonos en mis oídos, todo favorece para pensar mientras espero a volver a correr.
y un buen día me hice una pregunta que quizá nunca sabré la verdad (no porque no quiera ni porque mi estupido cerebro no sepa procesar). la pregunta en cuestión es ¿para qué sirven las legañas? ¿son una reacción a qué?
yo no digo que lo que pienso sea lo correcto, de hecho pienso que no lo estoy, pero aquí voy.
pasa que las malditas y antiesteticas legañas me salen sólo en otoño y/o invierno. a base de eso me pregunté por qué. quizás es un método de protección ante el frío. estúpido me pareció al momento pues no todos los días invernales amanezco con los ojos empastados en esa mugre. alguna enfermedad pero cuál! no me desenvuelvo en la ciencia como tal y empezar a buscar leseras no me da a abasto el tiempo. la conclusión que llegué (y que andreísima y hasta tatán me mandaron al suelo, pero sigo teniendo en mente) es que es una cosa de la evolución. en aquella micro imaginé a nuestros antepasados, cavernícolas idiotas con garrote cazando mamuts, intentando hibernar. es esa hibernación la que quizás hacía que los ojos se sellaran de cierta manera para evitar que entren bichos locos y se coman las retinas.
entonces al final no llegué a nada. no sé la verdad y eso me incomoda. si alguien sabe la razón de las legañas, que por favor me la comente. que ya no puedo ni dormir... gracias.

Etiquetas:

mayo 13, 2006

LA INVENCION DE LA CUECA


Una vez una pareja de casados estaban en un aburrido domingo invernal. aún no había tele en ese tiempo, ni libros era facil conseguir, y la única manera de divertirse de a dos era... bueno... ya se imaginaran como. la cosa es que la cosa de nuestro personaje no le funcionaba asi que los domingos si que eran eternos para esta pareja. la mujer, para pasar los ratos en los cuales al fin no tenía que asear la derruida casa vieja, se dedicó a hacer manualidades, al lado del fuego de la chimenea.
el hombre ingresó con la leña al pequeño cuartito. silencio en el ambiente, apenas se apreciaba como silbaba el viento al entrar por los pequeños agujeros de las tablas carcomidas. se paro al frente de la mujer, que le obstruia el paso para entrar. ella se paro, lo miro y se fue a la cocina. sufria en su interior el aburrimiento dominguero y maldecia la cosa inutil de su marido.
el marido dejó las leñas al lado de la chimenea y al ver sus manos sucias de tierra y cortezas, grita:
-"vieha! onde dehaste el paño pa secame!"
-"que ta ahi, vieho piti! en la mesa onde taba yo po vieho!"
el hombre ni le inmutaba ese tipo de trato. sin querer, el desataba su ira en contra de su amargada mujer. buscó el paño para limpiarse las manos en la mesa. revisaba todo con su vista. de repente lo vio detrás de un frasco de pegamento. lo tomo sin cuidado alguno y al instante se le quedó pegado en la mano izquierda. con ira empieza a agitar su mano en el aire, vociferando:
-"por la mierrrda! taba lleno e' engrúo por la mierrrda!"
-"atorrante que ese no era el paño!"
la mujer violentamente agarra otro paño, pero descuida y empuja el tarro de pegamento, cubriendo toda la mesa y parte del suelo.
-"conshesumaaare! se me pego la wea!!"
ambos empezaron a agitar sus brazos en el aire, intentando despegar el maldito paño de la mano. el hombre la miraba lleno de ira mientras la mujer esquivaba las pozas de pegamento en el suelo. el viejo al verla huir la perseguía, gritando garabatos y la mujer agarraba el paño con la otra mano y empezaba a tirarlo para abajo.
-"dejame ponerme a tu lao, viejo alharaco, que me caigo aqui"
entonces dieron la vuelta. la mujer mas cerca de la chimenea y el hombre que la seguia de cerca, gritando emputecido. tiraba con la otra mano del paño en el aire, pero no se le despegaba.para no caerse con el pegamento del suelo, y para limpiar un poco, empezó a escobillar con los pies. la mujer cercana al fuego no noto que se le empezaba a prender el largo vestido
-"mierda me quemo!!! agua!!!"
el viejo tomo el lugar de ella y empezó a pisotear fuerte, intentando pisar las llamas.
esto duro un tanto hasta que las llamas se extingueron. ahi descansaron.
un vecino que vio todo esto de la ventana, pensó que bailaban y lo mostró al resto del pueblo, nombrandolo "cueca". gano millones de dolares con su invento y despues se supo que se llamaba bernardo o'higgins.
xD
_________________
^comentario uno:
david dice: dios mio que historia tan idiota!!! y para que hablar del final!!

Etiquetas:

mayo 10, 2006

EL OTRO TEATRO TALQUINO

Un pasado lleno de vida tuvo la trece oriente con cinco sur. Es la esquina del ex Teatro Oriente, un lugar donde el pueblo veía sus películas mejicanas y comía sopaipillas con picante. En el presente la esquina está muerta, no pasa nada más que micros fantasmas y antisociales escapando de los pacos. Y posee un futuro peor aún, donde no hay proyecto alguno donde se solucione esto, y más aún, devolverle la vida a la calle.
Impaciencia resulta pasar por la trece oriente con cinco sur. El aire a añejo, a abandono es difícil de ignorar. Es el olvidado Teatro Oriente, donde hubo vida, donde se llenaba de gente donde alguna vez fue el centro de atracción de Talca, (hasta la región señalan algunos más osados). Pero ahora no. Poca gente pasa por ahí, por aquella vereda, y los pocos que pasan por ahí no tienen idea qué fue esa gran mole verduzca en verdadero estado de putrefacción. Y no exagero a decir que está casi en el olvido absoluto: señoras de cuarenta desconocían absolutamente dónde quedaba el antiguo teatro, incluso viviendo a cuadras de él.
Don Manuel Valdés es de los que sí se acuerda. Recuerda al Teatro Oriente desde su botillería aledaña con mucha nostalgia. Fueron en los años sesentas sus mejores tiempos (los de él y los del teatro), recuerda esbozando una sonrisa y cerrando levemente los ojos ocultos bajo gruesos lentes.
Su local está tapizado en afiches de bebidas, nuevos y antiguos. Pude ver a una joven (y fome) Bolocco promocionando Crush, o las antiguas botellitas de Coca-cola que se suponía eran coleccionables. Un calendario de Capel del ochenta y seis con una modelo demasiado vestida comparada con las de ahora. Entre estos afiches y botellas Don Manuel dio rienda suelta a sus recuerdos, viéndose únicamente interrumpido por su habitual clientela. Todos los fines de semana iba a pololear allá con su actual señora. Al decir esto sonrió, pero después se volvió taciturno: “Yo soy el más viejo de estos lugares” –me asegura-“Todos los demás han muerto, hasta los acomodadores del viejo teatro. Los conocía a todos, y se han muerto de a uno.”
El teatro era famoso por sus películas mejicanas, plato favorito en ese entonces del pueblo. Las entradas se compraban dos días antes de la función, pues la demanda era mucha y las colas eran interminables, por lo que era el centro de atracción cultural de la gente del sector oriente talquino. La cinco sur se llenaba de gente, pues creaba un paseo dominguero, que lo componían el Teatro, más el en ese entonces pujante Mercado Oriente (ubicado en la cinco sur con quince oriente), y su cercanía con la placita Arturo Prat. Pero de estos tres el Teatro ya hace casi treinta años que ya no funciona.
Don Juan, un habitante de los barrios cercanos, Ingeniero Eléctrico, recuerda que visitó el teatro sólo una vez: “Era chico, si. Me acuerdo que me llevó mi tía Hermosina con mis hermanos a ver una película. Fue la primera vez, me parece, que fui al cine, y me asustaba cuando el tren iba hacia el frente en la pantalla. Corría la cabeza pal’ lado. Pensaba que se me iba a venir encima.” dice entre silenciosas risas. “Pero mis hermanas mayores si que iban más. Iban con pololos a ver los ídolos del momento, los que cantaban canciones mejicanas. Las películas, también.” Pero no solo era eso. Había funciones para todas las edades. Don Manuel, el botillero, me confiesa: “Si, me escapaba de repente para allá. Iba al teatro a ver las revistas y las vedettes, de repente. Pero mi polola no sabía. O al boxeo, también se peleaba allá.”
En las esquinas aledañas habían dos fuentes de soda –como le decían en ese entonces, enfatiza- y se vendía sopaipillas con picante. “Imagina como se llenaban esos negocios. La gente que salía del teatro iba directo a comer a estos locales.” La cinco sur, agrega, antes cruzaba la línea del tren así que más importancia tenía la calle. De todos lados llegaba gente caminando, en bicicleta o en coche, al teatro. “Pero principalmente era gente del Barrio Oriente, de la antigua Villa Talca (ahora, Manso de Velasco) entre otras.
Se crea un silencio. Mira hacia fuera, su cara denota profunda nostalgia.
-¿Qué fue lo que terminó con el Teatro Oriente?
-“La tele. De qué servía ir a un local a ver películas, si las mismas películas las podías ver acostado en tu pieza viendo tele.”
En efecto, Fue la incursión de la televisión a la sociedad chilena lo que provoco la decadencia y el posterior fin del teatro. Lo mismo que pasa con el fútbol, según Don Manuel: “¿Quién se va a ir a matar de frío al estadio? ¿ah?”
-¿Y conoce el Teatro Regional, el actual teatro talquino?
-“Sí, pero por fuera no más. No he entrado y ni me interesa tampoco. A esta edad uno ya como que no está ni ahí.”
Ahora el edificio abandonado es un nido de ratas. Es cosa de acercarse un poco a la entrada –totalmente enrejada- y sentir el asqueroso olor a orina, escuchar los chirridos de roedores y ver las botellas de cerveza esparcidas por todo el piso derruido.
-¿Qué pasa con ese sector en estos tiempos?
-“Cauros mafiosos y pelusones se van ahí en las noches a ocultarse de los pacos. Se meten y nadie los saca de ahí adentro. Llegan, entran y ¿tu crees que los pacos se meten a buscarlos? ¡Nah! El lugar no sólo está perdido, sino que además es madriguera de adolescentes molestosos”, denuncia el botillero.
Frente a esto, es imperativo el darle un uso a ese terreno perdido. Don Manuel propone demoler todo eso y crear un gimnasio donde se juegue básquetbol o box.
-¿Demolerlo? ¿No le daría pena eso?
-“Sí. Me daría pena. Pero ese edificio está perdido. Está todo desarmado. Pienso que es mejor potenciar el deporte en el sector, que bien muerto está. Imagínate: se llenaría para las peleas de box. En la seis oriente, hay uno, pero es súper angosto, entran todos apretados. Acá no sería así. Además, para un supermercado, el lugar sería muy chico. Y para un almacén sería muy grande”.
Don Juan propone demolerlo también, pero destinar el terreno a la cultura. “Un anfiteatro abierto a todo el público, al aire libre. Tal cual conozco uno en Concepción. Sería un buen uso y sería bien aprovechado”.
Como sea, el Teatro Oriente fue el símbolo de los barrios, y permanece en el recuerdo de muchos talquinos. Y tiene su historia: Un pasado lleno de vida, donde el pueblo veía sus películas mejicanas y comía sopaipillas con picante; un presente muerto, donde no pasa nada más que micros fantasmas y flaites escapando de los pacos; y un futuro peor aún, donde no hay proyecto alguno donde se solucione esto, y más aún, devolverle la vida a la calle.
La estructura no da más, y el lugar se ha transformado en un antro de jóvenes delincuentes. La calle está perdida, no hay vida y pareciera que nunca va a volver a haberla. Y eso hay que arreglar. No hay que hacer volver al Teatro Oriente como tal, sino recuperar ese espacio público que alguna vez llenó de vida a Talca. Y la gente quiere eso. Y propone, lo que es importante.

Etiquetas: